Saturday, April 05, 2008



UNA PUERTA ENTREABIERTA

Camino entre muertos tristes
acompañada de cuervos
negros como las tumbas
rojos tulipanes apretados
yacen mustios sobre el mármol
Secas hojas se descuelgan
me dan el baño de la tarde
ellos me abren sus puertas
para mostrarme sus colores
los muertos también juegan
Senderos oscuros me conducen
al lugar donde yacen los anónimos
Amigos "¿parle vou francés?"
podemos entendernos
en el lenguaje de los muertos.
Alfombras amarillas
sobre las negras piedras
tapiz del ocaso me conducen
hacia una puerta entreabierta
Marie Madelaine desde 1850
vive allí sin adornos ni flores
ha quedado sola en de profundis.
Mientras un Cristo reposa
recostado sobre una lápida
más cansado que aquel que yace
abrazado a su eterna amada
"Je tends les bras vers l'infini
J'offre mon front à la lumiére
Je rentre en la clarté premiére
Et que le Maître soit Béni!"

En noviembre 11 de 2003, una tarde en París (Cementerio de El Trocadero, cerca del Sena))
Elena Montaner


EN LOS MUROS DE FRANCIA


Caminando entre guirnaldas de victoria
Me encontré dueña absoluta del Salón de los Espejos
Y al mirar el gran patio de piedra
Pude sentir los cascos de caballos cansados y polvorientos
Lejano estaba el tiempo de la muerte
Y la música llenaba los jardines de Versalles
Manaba agua cristalina de las grandes fuentes
Pero el tiempo inexorable tejió aromas de sangre
Y rudos brazos se alzaron arrancándome el corazón
Los gritos y la pólvora me enceguecieron
Y la gran sombra alzó su guadaña
Loca la turba arrastraron a mi padre
Rodaron las cabezas de los nobles
Y la bandera cayó abatida por los sables
Vi pasar frente a mis ojos los versos de Víctor Hugo
Se clavaron en mi mente destrozándola
Mi propia cabeza se perdió entre las piedras
Así es la Historia que permanece adherida
en los muros de Francia
Y mi sueño termina libertario al atravesar
el Puente del Alma rumbo a Trocadero



SENA

Río de aguas inquietas
Traslúcidas alas de pájaros heridos
Asoman sus ojos asombrados
Al verme pasar entre la gente
Río quieta flotante entre botes mosca
Río de alegría con una mueca de tristeza
Río porque amo este río de aguas sencillas
Cargadas de historia de sonidos de susurros
De cantos y encantos de magia
Sena imposible olvidar tus reflejos
Tus orillas y mi caminar solitario
Con mis pies hundidos entre hojas otoñales
París estás lleno de tu arteria plena de sangre-agua
Río aorta de un corazón enterrado a los pies de Notre Dame
De un alma solitaria errante por los laberintos del Metro
De una Madame enamorada que viaja
Con su espíritu lleno de contradicciones
¿Por qué despiertas en mi estas sensaciones?
Son tus historias y tus viejos castillos medioevales
Los que quebrantan mis ojos derramando más agua a tu caudal
Desde que volví algo de mi no regresó
Aún no sé qué quedó allí
Tal vez parte de mi corazón en Saint Demis
Un poco de mi alma en Chartres
Todo el conocimiento del mundo se metió en mi cerebro
Pero nada de eso es comparable a aquello
Que solo entienden mis emociones
Traducibles o no al idioma del mundo
Emociones que solo las aguas de tu río pueden entender
Quizás un día me hunda finalmente a encontrar
Esa pieza que me falta nadando entre tus héroes
Rondando de noche por Campos Elíseos
Durmiendo bajo el Puente del Alma.

RONQUIDO DE VICTORIA


Mi pelo mi sombra mi cuerpo
En ascenso por la alta torre
Levitando entre gárgolas de Notre Dame
Y en el lejano horizonte esperando el Poeta
Que yo vuelva de mi versallesco sueño
Floté silente en las oscuridades de Saint Demis
Ansiando quedarme en sus bóvedas
Escuchando los susurros de los muertos
Toqué con reverencia la puerta de María Antonieta
Bajo la mirada vigilante de Carlo Magno
Me retiré callada inclinada mi frente
No quise despertar el sueño eterno de los santos
Rodé por el verde pasto a los pies de Eiffel
Mis cuencas vacías se llenaron de la Francia
Solo pude arrancar las espinas de mi Cristo
Cuando di mi ronquido de victoria
Frente a la gran leyenda de Juana Mártir


(DE ELENA ETERNA EN PARÍS)

MI COMPRENSIÓN DEL MUNDO


Hundí mis ojos en las oscuras aguas del Sena
Vibrando en medio de círculos concéntricos
Se llenó mi alma de espíritus guerreros
Libertarias búsquedas de independencia
Latieron mis arterias llenas de sangre fraterna
Despertaron mi comprensión del mundo
Amé cada hoja de mis libros
Y tragué con avidez el gran conocimiento
Recorrí con ansias nuevas los sombríos caminos
Atisbando las miradas de tantos muertos
Caídos en batallas interminables
Resistí en La Bastilla el lamento heroico
De una Justicia utópica y esquiva
Cayó mi cabeza bajo lúgubre guillotina
Y se transformó mi cuerpo en yaciente de mármol
Quedé atónita de tanta historia
Cansado mi espíritu de tanta pólvora
Y comprendiendo al fin el hastío de la pobreza
Alcé mi grito al viento lleno de banderas
Emergí de las aguas mojada de Esperanza
Y asombrada con la gran victoria de estos ancestros
Atisbé más allá de las grandes fronteras
La Luz brillante de los justos
Y vi la santidad de Dios desplegada
Frente a miles de rodillas y cruces
Que en sus antiguos ritos adoran

(Elena en París)